domingo, 2 de julio de 2017

Casi tres años después...

Me doy cuenta de que si fuera estable, prudente y estática, viviría en la muerte.
Por consiguiente, acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales, porque ese es el precio que estoy dispuesta a pagar por una vida fluida, perpleja y excitante.